Otra forma muy
común pero altamente dudosa de usar el concepto de pobreza relativa es
simplemente hacerlo sinónimo de una cierta medida de la distribución del
ingreso en un país dado. Esta pobreza relativa aparente acostumbra a ser
definida a partir de un umbral de ingreso medido como porcentaje del ingreso
medio del país respectivo. Así por ejemplo, es usual llamar pobres o “en riesgo
de pobreza” a todos aquellos que disponen de menos del 60% del ingreso
disponible medio de la sociedad en que viven. Actualmente se aceptan comúnmente
tres categorías derivadas de esta forma de medir la pobreza: la población que
dispone entre un 50 y un 60% del ingreso medio es catalogada como “en riesgo de
pobreza”, aquella que dispone entre 40 y 50% de ese ingreso es catalogada como
“pobre” y la que dispone de menos del 40% se encontraría en “pobreza extrema”.
En 2007 dentro de la Unión Europea, que usa justamente estos porcentajes, el 6%
de su población estaba en una condición de “pobreza extrema” (menos del 40% del
ingreso disponible medio), esta cifra se elevaba al 10% si usamos la línea del
50% (pobreza) y al 17% si la línea se ubica en el 60% del ingreso medio. Esta
es el mismo tipo de medición de la pobreza usada en España y según el cual un
20,8% de los españoles se encontraba en una situación de “pobreza relativa” o
“riesgo de pobreza” el año 2010.Sin
embargo, el poco sentido que tiene este tipo de mediciones de la pobreza
relativa aparente se hace evidente cuando constatamos que en 2007 un
luxemburgués se encontraba, según la UE, “en riesgo de pobreza” pudiendo
disponer de un ingreso de hasta 17.575 euros anuales, mientras que el riesgo de
pobreza de un rumano empezaba con apenas la décima parte, es decir, con 1.765
euros anuales del mismo poder adquisitivo. Esta
forma de definir la pobreza puede llevar a resultados incluso más absurdos,
como ser el poder constatar un gran aumento de la pobreza (relativa aparente)
durante épocas de fuerte disminución de la pobreza (absoluta). Este es, por
ejemplo, el caso de China durante los últimos tres decenios, durante los cuales
un crecimiento económico espectacular ha sacado a más de 600 millones de chinos
de la pobreza (absoluta) pero a la vez, en razón de una mayor desigualdad en la
distribución del ingreso, ha aumentado rápidamente el número de pobres
(relativos). En buenas cuentas, con esta medida de la pobreza relativa aparente
podríamos llegar a considerar al país más pobre de la tierra como un país sin
pobres si su distribución del ingreso fuese lo suficientemente pareja.
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